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Oración de declaración por las naciones

Declare el Salmo 24 y el Salmo 91 sobre las naciones

De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo y los que en él habitan. Sal. 24:1

A todas las naciones de la tierra decreto:

  • ¡Alzad, puertas, vuestras cabezas! ¡Alzaos vosotras, puertas eternas, y entrará el Rey de gloria! ¿Quién es este Rey de gloria?¡Es Jehová de los ejércitos! ¡Él es el Rey de gloria! Sal. 24:9-10
  • ¡Naciones de la tierra, reciban al Rey de gloria!
  • ¡Reciban la luz gloriosa para que sus cautivos –los que están atados en la oscuridad espiritual, en dolor emocional, en pobreza y enfermedad– sean libres para entrar en la vida abundante de Cristo!
  • Reciban su autoridad soberana y Señorío para que las bendiciones del Cielo sean liberadas en la Tierra.
  • Póstrense ante Él en adoración y exalten Su santidad.
  • Oh, naciones de la tierra, colóquense a la sombra de Todopoderoso.

Reyes de la tierra y gobernadores de las naciones:

  • Limpien sus manos y purifiquen sus corazones, sean libres de las mentiras y del engaño, que la bendición y la justicia fluyan del Dios de su salvación. Porque Él está en búsqueda de una generación que lo busque, que lo conozca y que ande en Sus caminos.
  • Señor, da fuerza y valor a quienes caminan según Tus caminos en las naciones –el remanente de Tu bondad para quienes habitan en Tu luz admirable, aun en las naciones más oscuras del mundo.
  • Los que llevan la herencia espiritual de sus naciones son los que llevan Su gloria, que fue puesta desde antes de la fundación del mundo. Porque te aman, Tú los librarás de todo mal.
  • El Señor los protegerá y los pondrá en un lugar alto porque conocen Su nombre. A los que te invocaren, clamamos que tengan encuentros poderosos con Tu bondad y gloria. Respóndenos pronto, canta sobre Tu pueblo en la Tierra, anuncia Tu Reino a través de Tu pueblo cuando ellos testifiquen de las manifestaciones de Tu milagroso poder.

Dios está por encima de todo, Jehová-sabaot, el Señor de los ejércitos, Señor de los cielos y de la tierra;

  • venga tu Reino, hágase Tu voluntad en la tierra como en el cielo, porque Tuyo es el reino y el poder y la gloria por siempre. ¡Amén y amén!